lunes, 1 de noviembre de 2010

Diario de Misión Invierno 2010. Capítulo 5

Escribe Hermana Zulema Zayas

Misión Julio 2010- 17 al 27

Estoy pensando cómo titular este ensayo misionero. Y apenas empiezo me embarga una gran emoción y reconozco que me sensibiliza mucho, sobre todo porque ya leí los anteriores y hago esto de corrido sin apuntes. No se si me emociono porque ya estoy vieja que parezco la madre de todos, pero, me consuela que este año estuvimos mano a mano con Normita. Seguiré buscando edades promedios, bueno esto entre paréntesis para matizar. En realidad esta es la verdad, cada misión digo que es la última, pero soy yo!!! Y no puedo es la esencia de mi vida. Sigo diciendo Dios confía más en mí que yo el Él.

Quiero recordar la llegada de este año a las 19,30 hs, (17 de Julio), ya terminando la Misa en la capilla y entrando de puntitas de pie que nadie se dé cuenta que llegábamos, pero como todos estaban esperando ese momento se dieron vuelta apenas pisamos el portón, participamos hasta el final de Misa y pudimos incluso comulgar, qué bienvenida!.Mientras cantaban el canto final Dolfi me decía al oído que se iba y que nos presentáramos antes que todos salieran…pero no hubo tiempo. Los saludos como quién hace mucho no vuelve a casa, abrazos, sonrisas, alegrías y más cantos. No hace falta presentación cuando uno es de la casa! Qué lindo! Dirá Jorgito. (El Padre).

Cuántas memorias y recuerdos…creo que después de más de 900 fotos de cada uno hay otros tantos flasch en el corazón que iluminan nuestras vidas como misioneros…la sonrisa de los niños, hay más cerealitos? (caquita de chivos, se acuerdan?). Dijo Ramiro, el cura pagano, las hermanas les dan comida de gato a los chicos y él no paraba de comer. Qué buena fiesta esa de los niños todas las tardes. Recuerden que Analía ofreció su casa en el barrio para la próxima, la del taller.!!!

Quiero recordar a Carlitos, a veces contento, a veces triste, se notaba su ausencia y quién sino Ramiro acordándose de su cumpleaños y pidiendo a su mamá regalarle una manito. Cuanta ternura la de los niños!

El entusiasmo de los jóvenes y adolescentes, las noches compartidas de películas y dinámicas, su oración ferviente, sus lágrimas y cuántos/as Juanitas Fernández Soler (Teresa de los Andes), atentos al servicio y prontos para la oración, el sacrificio y la misión. Qué lindo tener un Cordobita (Juan), con su incansable baile, su humildad, sencillez, sus sufrimientos y deficiencias compartidas, estuvo todos los días, sólo Dios puede llenar esos corazones. No puedo dejar de pensar en las ausencias de quienes en otra ocasión estuvieron con nosotros, los que les cuesta venir porque tienen vergüenza, ellos saben que tienen lugar, pero hay que buscarlos. Cómo olvidar a Gabriel que parecía la sombra de todos…bastaba abrir los ojos y allí estaba. Cuídense que no se le aparezca. (Me debe $ 5 pesos).

Qué entrega la de la noche de la Virgen, cuando nos preguntábamos QUIÉN SOY? y le decíamos a ella que nos ayude a responder.

Me asombró la obediencia de los chicos que al finalizar cada jornada volvían a su casa para mañana volver a empezar. La constancia de las cuatro noches de la película de Teresa de los Andes que grabó en el corazón el deseo de ser sólo para Dios. Los Santos entusiasman sea quien sea! Por eso el misionero tiene que ser santo, hasta entusiasmar a todos por Cristo y darse a él. Ya me salió el título.

Qué bueno y carismático lo del envío de la comunidad. Allí sentí la necesidad de esa comunidad y palpé a cada uno y creo que hasta conocí a uno por uno. Se lee en sus ojos, se percibe con el corazón y se siente en el abrazo o la imposición de las manos hasta lo más profundo de ellos mismos. Qué lindo contemplar una comunidad que ora. La fuerza de Dios se hace presente. Sentí también el compromiso que no era menor de responder por ellos ante Dios y me sentí pequeña y le confíe a Dios todo. No se cuántas cosas pasaban por mi mente y mi corazón en ese momento, tal ves no lo dije en ningún momento y tampoco se porqué lo escribo ahora.

Ya ven esto va como sale y recuerdo. Podíamos escribir un libro.¿ Qué te parece Jorge? Hay para todo.

Y qué decir de la reunión de comunidad? Se fueron sumando. La siesta, la hora! No por mí. Caminar al lado cuesta! Falta amasar. Lindo el intercambio, cuando pudimos ser más y cuando pudieron entender que la comunidad no son unos pocos que hacen algo en la capilla, sino todos los que de alguna manera sostienen, acompañan y animan el caminar de esta pequeña Iglesia. Digo pequeña porque entre otras tantas que hay!. En una familia que visité me decían que llegamos a Napenay en el momento justo, donde la comunidad católica estaba desapareciendo. Me alegra por otro lado que podemos ver el crecimiento lento con grupos familiares que asumieron nuevamente el compromiso de ser parte de…la familia de Jorge y Claudia, la pareja de Carlos y Victoria que aún nos falta seguir acompañando, Margarita y Ramón, vecinos que fueron aprendiendo a rezar y pedir el Bautismo, y así tantos otros. Se han hecho parte nuestra, qué lindo abrazo ese de Jorge cuando Margarita lo recibió en su casa, lágrimas y emociones que son mucho más que una bendición, son gracias, consuelos de Dios para ellos y nosotros. No están solos, no estamos solos.

Voy a contar algo de las visitas ya que empecé arriba. Estas realmente llenan el corazón también. Son para mí un encuentro personal imborrable. La gente te abre el corazón. A muchos se les iluminan los ojos al llegar el misionero/a. Hice pocas visitas en esta ocasión, y entre ellas comparto la que nos llevó bastante tiempo, aunque no lo crean el diálogo con Cesar en la Policía, el policía de guardia, joven pero con muchas inquietudes espirituales, nos contó de su familia, de su trabajo, del pueblo, de sus fe. Compartió la Palabra y la oración, luego en el transcurso de la misión se llegó también a la capilla. Nos manifestó la desconfianza de la gente en su oficio y también sus fragilidades y su sentir como persona frente a los acontecimientos y tratos. “La gente piensa que nosotros por ser policías no sentimos”, nos decía. Nos preparó mate y así pasamos un lindo momento.

Entre otras cosas de las que me ocupé fue de tramitar la obra para la casa de nuestras queridas “BANDANITAS”, al final la mimamos mucho. Pero, gracias a todos qué lindo trabajo!!! Cómo laburaron los jóvenes y los misioneros!!!

Y las charlas de Bautismo, nos hicieron trampa! Eran tantos, que un día eran unos y el otro día eran otros. La gracia de Dios es imborrable, no por saber más o menos la gracia actúa. Lo importante, más de 30 niños bautizados y algunos adultos deseosos de esta gracia y con ganas de seguir a Jesús.

Bueno, ya nada más por ahora…gracias misioneros y misioneras por tanto amor entregado. Muchos hemos descubierto nuestra vocación misionera al contacto con la realidad y la sensibilidad con la miseria y el pecado, con las necesidades y angustias de la gente, con sus ganas de vivir y de pelearla todos los días. Somos privilegiados por tantas gracias recibidazas. Que no nos guardemos nada y así como hemos recibido sepamos devolver el doble. Gracias a los que fueron con nosotros por primera vez y no sabían con qué se iban a encontrar y se adaptaron e integraron como si siempre hubiéramos estado juntos.

Gracias por el empeño y el día a día. Ojalá no dejemos de anunciar nunca a Jesús con nuestra vida y testimonio, con nuestro compromiso diario y misionero allí donde nos quiere Dios.

Que sepamos decir como María Antonia de San José: “Quisiera Andar hasta donde Dios no es conocido para hacerlo conocer”. Mis cariños y oraciones por todos. Hna Zulema hds