sábado, 2 de septiembre de 2017

Que la distancia no nos distancie
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Irse de casa puede parecer tan simple como coger la maleta y salir por la puerta, pero en realidad es una de las decisiones que más dilemas plantea en la vida. Cuando nos vamos, sobre todo si es lejos, una de las primeras preocupaciones que nos acechan es qué pasará con la gente que dejamos “atrás”. Hacemos planes de futuro y prometemos muchas cosas, pero sabemos que la distancia afectará a nuestras relaciones, que nos distanciará de algunos y nos acercará a otros. La distancia nos hace ver las cosas con perspectiva y nos obliga a darnos cuenta de las cosas que echamos de menos y las que no, a valorarlas en su justa medida.
Para ciertas personas, existe otra relación por la cual preocuparse, una más profunda, y es que marcharse de casa implica un cambio en la manera de vivir la fe. No en todos los sitios vamos a encontrar una misa a nuestra medida (ni siquiera en nuestro idioma), ni un grupo de gente que comparta nuestras inquietudes espirituales, ni tampoco la posibilidad de participar en alguna actividad que nos acerque más a Dios. No vamos a encontrar a nadie que nos ayude a mantener la fe. Y es en ese momento cuando damos mayor valor a las cosas que teníamos en casa, a esas oportunidades que se nos presentaban para vivir la fe en una comunidad. 
A nosotros, los jóvenes, la vida nos ofrece diariamente mil distracciones que nos mantienen ocupados. En un Erasmus, por ejemplo, las primeras semanas las pasas abrumado por la gente que vas conociendo, las fiestas de bienvenida, los proyectos de viajes, el aprendizaje de un nuevo idioma… Pero cuesta centrarse y no olvidarse de la fe. Descuidarla es lo fácil, sobre todo cuando no tienes a nadie que te ayude a mantenerla. Lo difícil es luchar por ella en un mundo que no te da la oportunidad. Sin embargo, todo es cuestión de buscar, de no darse por vencido y de cuidar la fe igual que cuidamos las relaciones con nuestros amigos. De esta manera, te vas dando cuenta de que en muchos más sitios hay personas que se reúnen cada domingo para escuchar su Palabra. Fuera de casa descubres otra manera de vivir la fe, que conlleva más esfuerzo, pero es igual de válida. Porque la fe no está anclada al lugar donde vives, no depende de tu ciudad o de tus amigos, sino que viaja contigo y vive contigo sea donde sea. Y eso es algo que, como las cosas que realmente valen la pena, no hay que perder de vista. Que la distancia no nos distancie. Y mucho menos de Él.
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sábado, 14 de junio de 2014

Santísima Trinidad

Imágenes integradas 2

La Trinidad tiene historia


Moisés talló dos tablas de piedra iguales a las primeras, y a la madrugada del día siguiente subió a la montaña del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado, llevando las dos tablas en sus manos.
El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el nombre del Señor.
El Señor pasó delante de él y exclamó: «El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad.
El mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la culpa, la rebeldía y el pecado; sin embargo, no los deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y cuarta generación.
Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: «Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, caminar en medio de nosotros. Es verdad que este es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia».
El Señor le respondió: Yo voy a establecer una alianza. A la vista de todo el pueblo, realizaré maravillas como nunca se han hecho en ningún país ni en ninguna nación (Ex 34, 4-10).

Dijo Jesús: Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no es condenado; el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios (Jn 3, 16-18).

Hermanos, alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes. Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes (2 Cor 13, 11-13)

Contemplación
Anoche, en esas charlas de sobremesa que requieren especial atención, porque el padre Boasso anda por los 92 y está muy sordo, me dijo algo de la Trinidad que me quedó picando: “la Trinidad tiene historia”. Me quedó picando porque no lo decía en el sentido de que el dogma de la Santísima Trinidad tiene una larga historia de controversias entre los teólogos –que terminan por cansar la mente de la gente cuando los predicadores empezamos con lo de tres personas distintas y un solo Dios verdadero-, sino que Boasso aludía a su tema preferido: que Dios se mete en nuestra historia.
La Trinidad no está - limpia y perfecta como una abstracción numérica- en los libros de los que quieren pensar a Dios con categorías científicas, sino... (Iba a decir “sucia y hecha bolsa”, y pensé que no quedaba, pero lo comencé a describir y sí que queda), ... sino que la Trinidad está metida en la vida de la gente: sucia y hecha bolsa como un pobre cristo crucificado, medio tristona como un espíritu, santo, sí, pero al que pocos le hacen caso cuando quiere levantar el ánimo, ansiosa y preocupada como un padre bueno al que se le fue el hijo y no sabe por dónde anda.
La Trinidad tiene historia. O más bien “historias”, muchas y distintas historias: la tuya y la mía, ¡tantas! Todas únicas y diferentes.  

En la liturgia de hoy se puede ver esto que digo, porque para hablar del Padre, la primera lectura  nos recuerda la historia de Moisés, ese segundo padre del pueblo de Dios, con sus angustias y esperanzas como las de Abraham, preocupados ambos como todo padre por sus hijos. Abraham por el único, Isaac; Moisés por todos los del pueblo, tratando de escribirles una ley en tablas de piedra para que aprendieran a convivir como hermanos y a tener un solo Dios.
Ese Moisés nos regala una imagen del Padre  como Dios “compasivo y misericordioso”, y agrega eso tan lindo de: “lento para enojarse” (se ve que él era rápido –así fue como mató al egipcio y rompió las primeras tablas de la ley...-, y le impresionaba que Dios fuera tan paciente).

Moisés tiene esas frases geniales que nos consuelan tanto: “Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, caminar en medio de nosotros”.

Que la Trinidad tiene historia significa eso, que Dios camina en medio de nosotros, de nuestra familia, de nuestra comunidad, en medio del pueblo fiel. Y que es amigo...

De última: uno tiene historia sólo con (y para) sus amigos. Incluso dentro de la familia de uno, las cosas que se recuerdan brotan de la memoria de los que fueron más amigos, no de la simple crónica o del árbol genealógico. Los que transmiten la historia familiar son los hijos y los nietos que fueron amigos de los tíos y de los abuelos, los que les preguntaban cosas y les hacían hablar de los mayores...

Este sería un buen oasis donde detenernos un rato a descansar contemplando a la Trinidad desde esta experiencia (la de cada uno es única, pero todos sabemos de qué estamos hablando): la de la amistad.
Si queremos entrar de lleno en el Misterio de la Trinidad tenemos que usar esta puerta, o ventanita, de la amistad.
Jesús la abrió cuando dijo que no nos llamaba siervos (ni mucho menos espectadores teológicos) sino amigos, porque un amigo le revela su corazón al que es su amigo y él nos reveló su relación con el Padre.
La relación entre ellos dos es la de un Padre y un Hijo que juegan como amigos y esa Amistad es tan increíble que es Otra persona, como si fuera posible (que a veces parece que lo es) que cuando dos amigos se ríen juntos esa Alegría común se personificara y tuviera vida propia y común a la vez.
(Íbamos con un amigo al Máximo; me llevaba después de cenar y de haber extendido un poquito la sobremesa jugando a los palitos chinos con Iñaki, que cada vez juega mejor y, aunque había juntado como catorce palitos, como su papá haciendo el tonto contó empezando de cuarenta y cinco y llegó a cincuenta y tantos, él, con su inocencia, dijo “ganó papá”, dejando que la admiración por su padre le ganara a su espíritu competitivo que es bastante acentuado. Digo que íbamos charlando y terminamos el viaje riéndonos con un cuento de médicos sobre un mundial pasado. Me contaba Mingo la historia de un médico que era bastante volado y no tenía idea de que se jugaba un mundial y entonces el guacho que le tomaba los turnos le anotó como veinte turnos ficticios para la hora en que jugaba argentina y cuando llegó el día le mostró que no había venido nadie y le propuso doctor, no le parece que podemos ir a ver el partido, y el otro ni idea de lo que había pasado. Nos quedamos riendo un ratito con el cuento y al abrir la puerta para bajar me dice mi amigo: estuvo lindo. Y cuando ya iba a cerrarla agregó: “gracias por Iñaki”. Me quedó el buen sabor de ese gracias por su hijo, que es “mi mejor amigo”, como le dice Iñaki a algunos que quiere, que somos muchos pero no todos, y me lo llevé en el corazón dejando que quedara en el aire si había sido por los palitos chinos o porque Iñaki me había pedido en la mesa que se quería confesar). Cuento esto porque es la imagen que tenía en mente cundo escribí eso de que una Alegría entre amigos a veces parece que se personifica y tiene que ver con estar agradeciendo por otro).
  
Así pues, la historia de la trinidad tiene que ver con la amistad, porque sólo la amistad crea esos “hechos irreversibles” que son los hilos con que se teje la historia (lo demás pasa al olvido y se pierde en el baúl de los papeles viejos que ya no releemos).

Díganme si no es amistad esto de decir Jesús al Padre “vos siempre me ponés la oreja” (“Yo sé que siempre me escuchas”), o “yo nunca estoy solo porque el Padre está conmigo”. ¿No es acaso la amistad la que considera que el amigo “siempre es mejor que uno”, o “mayor”? ¿Y eso de no hacer las cosas por cuenta propia sino “como las hace el Otro”? ¿No es esa, precisamente, una de las cosas que sólo la amistad puede hacer, lo de actuar en nombre de un amigo haciendo las cosas tal cual le gustarían al otro, aunque uno las haría distinto? 
Estas reflexiones apuntan a que cada uno se meta en el misterio de la Trinidad abriendo la puerta de sus propias experiencias de amistad. Es una puerta segura y va derechito al misterio. Como para reforzar, me viene lo de los tres mosqueteros: solo en la amistad tres pueden ser uno –uno 
para todos y todos para uno-.

La otra reflexión va por el lado de las palabras que usamos. A veces nos cuesta decir “Padre” (o “Dios” o “Trinidad”, lo que sea), pero todos podemos decir “hermano”. Jesús se lo enseñó a Juan que es el que nos transmitió eso de que: “¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?”(1 Jn 4, 20).
Afirmar la Trinidad, confesar el misterio de la Santísima Trinidad, es decir (y tratar a los otros como) hermanos. 
Decir hermanos no es decir sólo que tenemos un mismo Padre. Es decir y vivir adhiriendo a una familia, con padre, madre y hermanos, tíos y primos... Hermano es la palabra clave para la Trinidad. Jesús se desvivió –literalmente- por ser nuestro hermano. Y como pasa con los hermanos: uno lo es, pero tiene que actualizarlo en las situaciones concretas en que nos mete la vida. Allí se juega si uno se convierte en el mejor amigo de sus hermanos o se la pierde. Y cuando nos presentamos ante el Dios del culto, tenemos que ir habiendo arreglado las cosas con nuestros hermanos (aquello de “si te acordás que tu hermano tiene algo contra vos, dejá la ofrenda ante el altar, andá a reconciliarte con tu hermano y después volvé a presentar tu ofrenda”). Más claro, agua. La relación con el Dios a quien no vemos se juega en las historias que tenemos con nuestros hermanos.
Pablo lo dice en la lectura elegida para hoy: “Hermanos, alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes. Salúdense mutuamente con el beso santo. Todos los hermanos les envían saludos. La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes”.
En este contexto fraterno es donde surgen esas formulaciones trinitarias que luego se convertirán en fórmulas numéricas como modo de salvarlas de deformaciones conceptuales. Pero detrás de esos “tres” (amigos) y de ese “Único” (compasivo y misericordioso que, por amistad, quiso y quiere caminar con nosotros”) está la experiencia de tantos hermanos y hermanas en la fe cuya historia es la nuestra y la de nuestra querida y santísima trinidad también.
Diego Fares sj

sábado, 2 de julio de 2011

Jornada de preparación a la Misión de Upianita

Jornada de preparación de la Misión-3 de Julio de 2011


Upianita- Santiago del Estero del 18 al 25 de julio de 2011

HABLAR de JESÚS, HOY
Jesús, ¿qué puedo decir de ti, hoy?
• En mi mundo considerado desarrollado nadie funciona ya a base de dogmas religiosos. El sistema, los símbolos, los instrumentos, las estructuras y las personas que hasta ahora sirvieron para hacerte conocer, se hallan duramente cuestionados, discutidos o rechazados.

Casi todo aquello ha perdido su aureola de intangibilidad, su prestigio, su autoridad y hasta su legitimidad. Por cierto, nada de ello se identificó jamás con lo que tú eres en realidad, porque tú siempre has sido mucho más que los envases que han pretendido o todavía pretenden contenerte.

Luego, ¿qué puedo decir de ti hoy sin traicionarte?

Me parece escuchar tu respuesta. Eres efectivamente el que resiste a todas las tumbas y a todos los templos. No encajas en ningún envase.

Te has “encarnado” asumiendo nuestra carne para siempre, pero a la vez lo has transcendido todo y, desde tu misterio de profundo compromiso y de infinita libertad, sigues construyendo la historia con nosotros por todos los caminos que llevan a la humanización del mundo.

Tú mismo inspiras ese movimiento que cuestiona los cercos históricos que se han erigido alrededor tuyo y que, sin darse demasiado cuenta, te devuelven al sepulcro para encerrarte de nuevo en él.

El Mal, que hace del ser humano un esclavo, existe. En menor o mayor medida forma parte de mi propio ser, forma parte de todo lo que más quiero y parte de toda realidad humana. Lo veo, no puedo negarlo.

Junto a ese mal y mezclados con él, como trigo y cizaña en un mismo sembrado, existen en mí y en todos los seres humanos, pero de manera más o menos aprovechada, inagotables tesoros de bondad, de belleza, de creatividad, de generosidad, de audacia, de pasión por la justicia, la libertad, la verdad.

En todos existen sorprendentes recursos de buena voluntad, tolerancia, comprensión, perdón, inteligencia, sabiduría, superación, capacidad de sublimar las peores adversidades y de soportar los peores sufrimientos sin deshumanizarse.

Los males de mi mundo son los mismos males de tu propio mundo de hace dos mil años. Y los recursos que se encuentran en mi mundo son los mismos que existían en el tuyo.

¿Qué fuiste tú en el mundo que fue el tuyo para que yo pueda saber quién eres tú ahora en este mundo que es el mío, y para que pueda reconocerte y decir algo de ti que sea apropiado?

Hace dos mil años, tú no eras un principio, no eras un conjunto de valores; eras primero y antes que nada un ser humano y un hombre de la masa generalmente ignorada y despreciada.

Digo entonces que esto, hoy en día, es lo que has de ser todavía: un hombre del pueblo anónimo, mirando al mundo a través de los ojos y hablando a todos los seres humanos con la voz de ese mismo pueblo ignorado y aun despreciado.

Por lo tanto, es allí donde, hoy día, tengo que estar yo para encontrarte, escucharte, entenderte y decirte.

Te confundes con esa masa agobiada que pareciera ir cada vez más hacia atrás mientras unos pocos que concentran el poder mundial en sus manos van a todo correr a años luz por delante.

Caminas con ese pueblo de las mil penas y lo animas, le das valor y aliento y le dices con toda la pasión de tu palabra creadora:

“¡No tengas miedo, levántate y camina, abre los ojos y mira, abre el oído y escucha, abre la boca y habla! Levántate. Ponte en marcha.

¿Estás soñando con un mundo mejor? Cree en él con todas tus fuerzas porque Dios mismo está en estos tus sueños. Él mismo te los inspira. Él mismo te acompaña en tus luchas para alcanzarlos junto a ti. Con él ¡nada es imposible!

Tienes rabia, grítala, pero no cultives el odio en tu corazón, no te vuelvas como aquellos de quienes muchos de tus males te vienen.

Actúa por amor a ti mismo, a los tuyos, al alma de tu país. Y también por amor a los otros que están cerca o lejos, por amor a toda la humanidad, por amor al planeta, por amor a Dios, que es inseparable del mundo en que vives.”

Y luego, a partir de ese pueblo de los humildes, de los sin poder, de esa masa de mujeres todavía sumidas en verdadera esclavitud, de esa masa de niños sin defensa y de jóvenes sin porvenir, te vuelves hacia los demás que también son carne tuya y les dices:

“¡Tampoco tengáis miedo vosotros! Sacudiros la indiferencia, el desprecio, el odio y la desconfianza de vuestros corazones. Abrid los ojos, mirad a ese humilde pueblo que es parte vuestra. Despreciarlo e ignorarlo es despreciaros e ignoraros a vosotros mismos.

En algún momento más o menos lejano de vuestro pasado, fuisteis como ellos. Sufristeis lo que están sufriendo. Ahora que lo habéis superado, ahora que sois más libres ¿os volveréis contra vuestra propia carne?

¿Es que la libertad, la comodidad, la cultura, la competencia, la ciencia, la riqueza, el prestigio, os han vuelto ciegos, sordos, inhumanos?

Volveos a los vuestros, haceos prójimos de ellos, reencontrad en ellos vuestras propias entrañas y vuestras raíces; perdonadles sus deudas, tratadlos como quisierais que ellos os trataran a vosotros.

Recapacitad pronto y sed camino para ese humilde pueblo, para que también él pueda a su vez salir de sus tumbas, con su propio esfuerzo sin duda, pero también gracias a vuestro respeto, a vuestro amor, a vuestro sentido de justicia, a vuestra solidaridad, a vuestro sentido del honor bien centrado.

Porque Dios está allí en ese encuentro de unos y otros para que la humanidad sea un éxito por toda la tierra. Y porque la felicidad que buscáis, la verdadera, la que trae alegría y paz duradera, no se encuentra sino allí donde se da la vida y se da en abundancia”.

Hace dos mil años, en el camino de ese pueblo sufrido con el que te identificaste hasta la cruz, encontraste también obstáculos grandes: creencias, tabúes, costumbres religiosas, leyes antiguas, supersticiones, miedos, prejuicios, jerarquías, poderes y también una buena cantidad de maldad que impedían que tu mismo pueblo te siguiera.

Ahora bien, esos mismos obstáculos, aunque un tanto reciclados, se encuentran todavía en nuestro propio camino. Las mismas resistencias a los cambios profundos, de parte incluso de aquellos mismos que más se podrían beneficiar de ellos y que sin embargo bloquean y desalientan los esfuerzos más generosos de los que buscan darle otro giro a la historia.

Pareciera que aquello mismo que nos destruye hubiese llegado a formar parte de nuestra identidad y que eso mismo que pudiera salvarnos, nos pareciese como un suicidio.

Nos decimos: “Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, y nos cerramos. Ponemos nuestra seguridad en lo que, en realidad, es nuestra prisión. Los muros que nos protegen son los que nos aplastan.

Es allí donde vienes tú, Jesús, para decirnos que los muros no son malos, ni las leyes, ni las costumbres, ni las creencias. Lo malo es que se hayan vuelto duros, rígidos, estrechos, como si la persona humana fuera hecha para ellos y no ellos para la persona humana.

Tú nos dices que esos muros convertidos en tumbas de la persona tienen que caer. Porque la vida y los seres humanos no son plantas de invernaderos o de macetas, sino de campos y cielos abiertos.

Nos dices:

“Que tengas muros, pero que no te dejes enajenar por ellos. Que dentro de tus muros haya lugar para el mundo entero, para el perdón sin medida, para la novedad de cada día y para el viaje hacia la inmensidad. Que no te impidan la vista sobre el mar y no te tapen el sol.

Que tus muros no te priven de correr riesgos, incluso el de perder la vida, porque hay muertes que no son sino el desborde de una vida plena mientras hay vidas que son más frías que la muerte.”

Jesús, por tu palabra y tus actos, por la cruz y por tu vida que trasciende la muerte, nos has mostrado que no hay nada en el mundo más grande que la persona humana, ni siquiera la religión más santa.

Tú has sellado para siempre en tu ser la unión de Dios con la persona humana. Has hecho del encuentro con cada persona el lugar necesario para la revelación divina y la plena realización humana, o sea la “salvación”.

He ahí, creo yo, el meollo de todo lo que tú eres, he ahí el fondo de tu corazón abierto por la lanza, he ahí la sustancia de tu Evangelio.

Me comunico contigo en la medida en que hago mío ese valor fundamental de la persona humana y que a partir de él juzgo todas las demás cosas: la ley, los tabúes, las creencias, las religiones, los muros…

Es en este camino en donde te encuentro, en donde me comunico contigo, en donde respiro tu Espíritu. Ese Espíritu por quien estoy en ti y tú en mí.

Todo lo que me has dejado es precisamente tu Espíritu, el que ningún envase puede encerrar, el que es libre como el viento y que nada detiene. Ese espíritu es el que me permite vivir en la verdad sin pretender jamás poseerla; es el que hace brotar de mis entrañas el amor por todo lo que existe, e intuir detrás de las apariencias algo del propio rostro de Dios.

El pueblo humilde se abre a la vida y se vuelve próximo a todos los humanos de buena voluntad, y éstos, procedentes de todos los medios y clases sociales, también se abrazan a la vida volviéndose prójimos del pueblo que sufre.
Vivir esta humanidad en todos sus aspectos, es el valor supremo que jamás se debe sacrificar. Es el criterio absoluto de lo verdadero y de lo que vale.

Jesús, hablar de ti, hoy, es todo aquello… “y un poquitín más”, me dirás…

ORACIÓN POR LAS MISIONES
Padre de bondad,
Tú que eres rico en amor y misericordia,
que nos enviaste a tu Hijo Jesús
para nuestra salvación,
escucha a tu Iglesia misionera.
Que todos los bautizados
sepamos responder al llamado de Jesús:
"Vayan y hagan que todos los pueblos
sean mis discípulos".
Fortalece con el fuego de tu Espíritu
a todos los misioneros,
que en tu nombre anuncian
la Buena Nueva del Reino.
María, Madre de la Iglesia
y Estrella de la Evangelización,
acompáñanos y concédenos
el don de la perseverancia
en nuestro compromiso misionero.
Amén


Preparamos el Corazón y rezamos como comunidad misiorera

En esta semana del Sagrado Corazón de Jesús qué bien nos hace mirar al Maestro del Amor. ¡Levántate y Camina!

1. Desde la Eucaristía lo vemos entregado, hecho Pan para el mundo, sencillo y humilde. (Jn 6, 51-58) Y nos preguntamos: ¿Cómo ser pan vivo para los demás?
2. Nos alimenta y nos invita a seguirlo ¡Tú, Sígueme! (Mt.8,18-22). Cuántas excusas ponemos en el momento de cumplir nuestra misión, la misión del Reino o simplemente la misión de seguir a Jesús y nos preguntamos: ¿Qué me entusiasma de Jesús? ¿Qué pretexto pongo a la hora de seguirlo?
3. Y nos animamos a subir a la barca con Él. (Mt.8,23-27).Jesús continúa con la misión, las dificultades no son para él impedimento alguno. Me miro siguiendo a Jesús y me pregunto: ¿Cómo está mi fe? ¿Qué episodios atormentan mi misión? ¿Cómo anda mi confianza en Jesús?
4. ¿Quién dice la gente que soy yo? La pregunta de Jesús es también para nosotros. ¿Qué dices de Jesús? (Mt.16,13-19)
5. Y una vez más nos animamos a subir con Él a la barca. (Mt.9,1-8) Así tal como somos queremos ponernos de pie para seguirlo. ¡Levántate y Camina! Es la hora y el tiempo de la misión. Jesús admira nuestra fe. Ponemos toda nuestra confianza en Él.
Nuestra misión es compartir la fe. Dar confianza. Animar. Por eso asumimos como lema para esta misión las palabras de Jesús: ¡Levántate y Camina! Y nos preguntamos: ¿Cuán es mi disposición para la misión?
6. Soy manso y humilde de corazón. (Mt.11,25-30). Esta es una gracia que debemos pedir todos los días a Jesús y es una actitud básica de todo misionero. ¿Qué otras actitudes debemos encarnar como misioneros que nos ayude a tener un corazón como el de Jesús?
7. María modelo y madre de los misioneros nos enseña con su ejemplo a rumiar y guardar todas las cosas en el corazón. (Lc.2,41-51). ¿Qué lugar ocupa la Palabra de Dios en nuestra vida cotidiana y en nuestro corazón? Rumiar en el silencio y la oración es propio del misionero que quiere conocer a Jesús. ¿Cuánto lo conozco desde su Palabra?
8. Leer los textos y compartir
9. Organizar tipo y momento de actividades para cada día de la misión
Orden general:
A. Oración de la comunidad misionera
B. Visita a las familias
C. Convocatoria de los distintos grupos: Niños-Jóvenes-Adultos
D. Celebración de la Santa Misa
E. Otras actividades (Películas)/ Evaluación del día/Descanso
10. Temario de la Misión:
 Formación de líderes para las comunidades que recién se están iniciando.
 Encuentros Bíblicos o talleres.
 Animación y formación de grupos de jóvenes
 Encuentro con niños.
 Rezo del santo rosario ya que la gente es muy devota de la Virgen. Visita con la Virgen a las casas.
 Jornada con celebración penitencial.

11. Lo que hay que llevar:
 Ropa cómoda. Elementos de higiene personal. Abrigo Necesario.
 Bolsa de dormir o frazadas.
 Biblia
 Linterna.
 Equipo de Mate
 Guitarra
 Medicamentos cada uno lo que necesite y pueda aportar para el grupo.
Las herramientas propias para la misión y los equipos llevamos entre todos. (Equipo de audio-Video-estampas-velas-Biblias-etc.)

lunes, 13 de junio de 2011

UPIANITA

Upianita: Un lugar para disfrutar de la cultura popular
En pleno Camino Real, una vía ancestral asociada a los combates por la liberación del país en encuentra la feria artesanal y productiva Upianita. Está situada en el departamento Silípica, a 25 kilómetros de la capital de Santiago del Estero.

Video: Noticiero 7Upianita es una feria que cuenta con la más variada oferta para pasar un buen momento entre las 11 y 19 horas de cada sábado. Se puede disfrutar desde unas ricas empanadas hasta un paseo a caballo al rededor de una represa.

En el lugar, lo asistentes cuentan con un amplio menú que integra lo más típico de la cocina popular tradicional santiagueña. Desde empanadas de carne, pollo, vizcacha y charqui hechas en horno de barro, hasta lechones, cabritos y chivitos asados a la parrilla, pasando por quesos y quesillos elaborados de manera artesanal por trabajadores de la zona.

Además cuenta con un escenario netamente natura y tradicional. Piso de tierra, una represa, bancos y mesas hechos con cortes de madera artesanales bajo la sobra de árboles que componen el paisaje de esta feria típicamente santiagueña.

También se pude disfrutar de un espacio dedicado a la historia y a las leyendas populares, expresadas con diversas esculturas de artistas santiagueños. Allí se pueden apreciar las imágenes que representan entre tantas otras a la de La Telesita y El Kakuy.

Como no podía ser de otra manera, los artesanos también acercan sus productos con el distintivo sello de las imágenes de esta ancestral cultura argentina.

Otros de los atractivos es el infaltable repertorio compuestos por chacareras, zambas y chamamés de grupos folclóricos que cada sábado acompañan a las familias que comparten la mesa en la feria.

sábado, 4 de junio de 2011


Buenos Aires 11 de mayo de 2011
Estimados Misioneros; Les comunico por medio de esta la fecha y lugar de la próxima misión.
Días atrás estuve en comunicación con el Obispo de Santiago del Estero, Mons. Polti quién recibió mis inquietudes respecto a la misión de Julio. Con gran alegría nos abrió las puertas de su diócesis para que pudiéramos trabajar allí. Me puso en comunicación con el párroco de Villa Silípica, población donde nació María Antonia de San José.
El P. Lázaro Benjamín Leiva en una larga charla que tuvimos nos designó para entonces 3 pueblos de la zona del mismo departamento de Silípica y jurisdicción de su parroquia. Estas son: Upianita-Santa Rosa y San Pedro.
No conozco el lugar, pero algunos datos lo podremos obtener de internet.
Upianita sería el lugar de residencia de los misioneros-(Escuela), y desde allí a los otros pueblos distantes unos 12 ó 15 Km, lo cual es conveniente vehículos para el traslado.
Las fechas exactas de la misión sería del 18 al 25 de Julio- Es bueno siempre contar un fin de semana en la misión.
Las necesidades pastorales sugeridas por el Padre son; formación de líderes para las comunidades que recién se están iniciando, encuentros Bíblicos o talleres, animación de jóvenes y niños, rezo del santo rosario ya que la gente es muy devota de la Virgen, una jornada con celebración penitencial.
Sugerencias:
1. De las comunidades y personas que están interesadas en ir, enviar nombres de quiénes serían, ellos necesitan saber el núm. de misioneros y yo también.
2. Debemos llevar bolsas de dormir o colchonetas, es imposible conseguir colchones en las familias de la zona. Ni hace falta explicar.
3. En la escuela hay luz y agua.
4. Necesitamos contar con autos, quienes disponen de ellos.
5. El aporte por cada misionero será de unos $ 300, 00
6. Haremos compras de Biblias para llevar.
7. Que cada uno diga en qué área le gustaría trabajar.
Esto es el primer bosquejo para empezar a empaparnos del Espíritu Misionero, renovar nuestras fuerzas y agrandar el corazón. Espero sus inquietudes y sugerencias, aportes y creatividad. Y por supuesto ya lo ponemos en oración para que Dios acompañe todas nuestras iniciativas. Que la alegría que produjo esta noticia en Santiago nos contagie y anime para “andar allí donde Dios no es conocido y hacerlo conocer”.
Con todo cariño. Hna. Zulema. hds

lunes, 1 de noviembre de 2010

Diario de Misión Invierno 2010. Capítulo 5

Escribe Hermana Zulema Zayas

Misión Julio 2010- 17 al 27

Estoy pensando cómo titular este ensayo misionero. Y apenas empiezo me embarga una gran emoción y reconozco que me sensibiliza mucho, sobre todo porque ya leí los anteriores y hago esto de corrido sin apuntes. No se si me emociono porque ya estoy vieja que parezco la madre de todos, pero, me consuela que este año estuvimos mano a mano con Normita. Seguiré buscando edades promedios, bueno esto entre paréntesis para matizar. En realidad esta es la verdad, cada misión digo que es la última, pero soy yo!!! Y no puedo es la esencia de mi vida. Sigo diciendo Dios confía más en mí que yo el Él.

Quiero recordar la llegada de este año a las 19,30 hs, (17 de Julio), ya terminando la Misa en la capilla y entrando de puntitas de pie que nadie se dé cuenta que llegábamos, pero como todos estaban esperando ese momento se dieron vuelta apenas pisamos el portón, participamos hasta el final de Misa y pudimos incluso comulgar, qué bienvenida!.Mientras cantaban el canto final Dolfi me decía al oído que se iba y que nos presentáramos antes que todos salieran…pero no hubo tiempo. Los saludos como quién hace mucho no vuelve a casa, abrazos, sonrisas, alegrías y más cantos. No hace falta presentación cuando uno es de la casa! Qué lindo! Dirá Jorgito. (El Padre).

Cuántas memorias y recuerdos…creo que después de más de 900 fotos de cada uno hay otros tantos flasch en el corazón que iluminan nuestras vidas como misioneros…la sonrisa de los niños, hay más cerealitos? (caquita de chivos, se acuerdan?). Dijo Ramiro, el cura pagano, las hermanas les dan comida de gato a los chicos y él no paraba de comer. Qué buena fiesta esa de los niños todas las tardes. Recuerden que Analía ofreció su casa en el barrio para la próxima, la del taller.!!!

Quiero recordar a Carlitos, a veces contento, a veces triste, se notaba su ausencia y quién sino Ramiro acordándose de su cumpleaños y pidiendo a su mamá regalarle una manito. Cuanta ternura la de los niños!

El entusiasmo de los jóvenes y adolescentes, las noches compartidas de películas y dinámicas, su oración ferviente, sus lágrimas y cuántos/as Juanitas Fernández Soler (Teresa de los Andes), atentos al servicio y prontos para la oración, el sacrificio y la misión. Qué lindo tener un Cordobita (Juan), con su incansable baile, su humildad, sencillez, sus sufrimientos y deficiencias compartidas, estuvo todos los días, sólo Dios puede llenar esos corazones. No puedo dejar de pensar en las ausencias de quienes en otra ocasión estuvieron con nosotros, los que les cuesta venir porque tienen vergüenza, ellos saben que tienen lugar, pero hay que buscarlos. Cómo olvidar a Gabriel que parecía la sombra de todos…bastaba abrir los ojos y allí estaba. Cuídense que no se le aparezca. (Me debe $ 5 pesos).

Qué entrega la de la noche de la Virgen, cuando nos preguntábamos QUIÉN SOY? y le decíamos a ella que nos ayude a responder.

Me asombró la obediencia de los chicos que al finalizar cada jornada volvían a su casa para mañana volver a empezar. La constancia de las cuatro noches de la película de Teresa de los Andes que grabó en el corazón el deseo de ser sólo para Dios. Los Santos entusiasman sea quien sea! Por eso el misionero tiene que ser santo, hasta entusiasmar a todos por Cristo y darse a él. Ya me salió el título.

Qué bueno y carismático lo del envío de la comunidad. Allí sentí la necesidad de esa comunidad y palpé a cada uno y creo que hasta conocí a uno por uno. Se lee en sus ojos, se percibe con el corazón y se siente en el abrazo o la imposición de las manos hasta lo más profundo de ellos mismos. Qué lindo contemplar una comunidad que ora. La fuerza de Dios se hace presente. Sentí también el compromiso que no era menor de responder por ellos ante Dios y me sentí pequeña y le confíe a Dios todo. No se cuántas cosas pasaban por mi mente y mi corazón en ese momento, tal ves no lo dije en ningún momento y tampoco se porqué lo escribo ahora.

Ya ven esto va como sale y recuerdo. Podíamos escribir un libro.¿ Qué te parece Jorge? Hay para todo.

Y qué decir de la reunión de comunidad? Se fueron sumando. La siesta, la hora! No por mí. Caminar al lado cuesta! Falta amasar. Lindo el intercambio, cuando pudimos ser más y cuando pudieron entender que la comunidad no son unos pocos que hacen algo en la capilla, sino todos los que de alguna manera sostienen, acompañan y animan el caminar de esta pequeña Iglesia. Digo pequeña porque entre otras tantas que hay!. En una familia que visité me decían que llegamos a Napenay en el momento justo, donde la comunidad católica estaba desapareciendo. Me alegra por otro lado que podemos ver el crecimiento lento con grupos familiares que asumieron nuevamente el compromiso de ser parte de…la familia de Jorge y Claudia, la pareja de Carlos y Victoria que aún nos falta seguir acompañando, Margarita y Ramón, vecinos que fueron aprendiendo a rezar y pedir el Bautismo, y así tantos otros. Se han hecho parte nuestra, qué lindo abrazo ese de Jorge cuando Margarita lo recibió en su casa, lágrimas y emociones que son mucho más que una bendición, son gracias, consuelos de Dios para ellos y nosotros. No están solos, no estamos solos.

Voy a contar algo de las visitas ya que empecé arriba. Estas realmente llenan el corazón también. Son para mí un encuentro personal imborrable. La gente te abre el corazón. A muchos se les iluminan los ojos al llegar el misionero/a. Hice pocas visitas en esta ocasión, y entre ellas comparto la que nos llevó bastante tiempo, aunque no lo crean el diálogo con Cesar en la Policía, el policía de guardia, joven pero con muchas inquietudes espirituales, nos contó de su familia, de su trabajo, del pueblo, de sus fe. Compartió la Palabra y la oración, luego en el transcurso de la misión se llegó también a la capilla. Nos manifestó la desconfianza de la gente en su oficio y también sus fragilidades y su sentir como persona frente a los acontecimientos y tratos. “La gente piensa que nosotros por ser policías no sentimos”, nos decía. Nos preparó mate y así pasamos un lindo momento.

Entre otras cosas de las que me ocupé fue de tramitar la obra para la casa de nuestras queridas “BANDANITAS”, al final la mimamos mucho. Pero, gracias a todos qué lindo trabajo!!! Cómo laburaron los jóvenes y los misioneros!!!

Y las charlas de Bautismo, nos hicieron trampa! Eran tantos, que un día eran unos y el otro día eran otros. La gracia de Dios es imborrable, no por saber más o menos la gracia actúa. Lo importante, más de 30 niños bautizados y algunos adultos deseosos de esta gracia y con ganas de seguir a Jesús.

Bueno, ya nada más por ahora…gracias misioneros y misioneras por tanto amor entregado. Muchos hemos descubierto nuestra vocación misionera al contacto con la realidad y la sensibilidad con la miseria y el pecado, con las necesidades y angustias de la gente, con sus ganas de vivir y de pelearla todos los días. Somos privilegiados por tantas gracias recibidazas. Que no nos guardemos nada y así como hemos recibido sepamos devolver el doble. Gracias a los que fueron con nosotros por primera vez y no sabían con qué se iban a encontrar y se adaptaron e integraron como si siempre hubiéramos estado juntos.

Gracias por el empeño y el día a día. Ojalá no dejemos de anunciar nunca a Jesús con nuestra vida y testimonio, con nuestro compromiso diario y misionero allí donde nos quiere Dios.

Que sepamos decir como María Antonia de San José: “Quisiera Andar hasta donde Dios no es conocido para hacerlo conocer”. Mis cariños y oraciones por todos. Hna Zulema hds

viernes, 8 de octubre de 2010

3er Encuentro Nacional de Grupos Misioneros

Nos vamos al 3ENGM!!

Desde el sábado 9 de octubre hasta el lunes todos los misioneros del país nos reunimos en San Miguel, Provincia de Buenos Aires.

Va a estar muy bueno!!

Llevamos el morral para cargar enseñanzas y entusiasmo para empezar un año misionero!!
Acompañanos con tu oración que es el alma de nuestra misión.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Diario de Misión Invierno 2010. Capítulo 4

Escribe Hermana Carmen:
"No podemos callar lo que hemos visto y oido!"

“A Dios nadie le ha visto nunca,

pero si nos amamos unos a otros, Dios mora en nosotros…

Y nosotros que hemos visto

podemos dar testimonio de que el Padre ha enviado a su Hijo,

como SALVADOR del mundo”.(1Jn.4,12.14)

Me presento a todas y a todos los que no me conocen soy hermana Carmen y con esta hermosa expresión de la Sagrada Escritura quiero compartir mis experiencias de la misión de Julio pasado.

Me siento muy privilegiada de compartir por tercera vez con la gente sencilla de Napenay. Para contar todo lo vivido, como dice el evangelista San Juan, no bastaría los libros en el mundo. Para mí la misión empezó muchos antes porque ese encuentro de misioneros que tuvimos unos días antes de ir al Chaco me ayudo mucho. La lectura de los hechos de los apóstoles (Cap. 8) nos precedió y así la figura de FELIPE me acompaño durante toda la misión. Algunas palabras o frases me quedaron resonando en el corazón, por ejemplo: “Acércate y camina a su lado”; “¿Cómo lo puedo entender si nadie me guía en la lectura?”; “¿de quién habla el profeta?”.

Todos los integrantes del grupo misionero son muy especiales. Me dejaron muchas enseñanzas! Como es grande el amor de nuestro señor que nos unió en un solo amor! Cada uno respondió al llamado desde el estado de vida que han elegido, algunos sacrificaron su tiempo de madre y esposa para obedecer al Maestro. Otro, familia entera, su tiempo de descanso de compartir con los amigos, pero todo esto Él sabe recompensar. De Él no se escapa ni lo más pequeño detalle.


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Cuando llegamos allá fuimos recibidos como enviados de Cristo. Muchos niños, jóvenes y grandes ya estaban pendientes de nuestras llegadas. Y apenas llegamos, ahí el mensaje ya llega en cualquier rincón. Algunos avisaron por radio o de cualquier forma, algunos vinieron del pueblo vecino no porque seamos importantes sino para formar una sola comunidad.

Me impacto mucho el gesto de Bienvenida, porque bien se siente ahí que ellos mismos ponen todos sus sufrimientos en nuestras manos nos confía todo y la fuerza de esa confianza hace posible todas las cosas y también lo que hacíamos todos los días antes de empezar nuestra visitas a las casas: la ADORACION AL SANTISIMO de donde brota el verdadero amor hacia los demás, meditar la palabra y así cada uno/a va y comparte lo que ha recibido del mismo SEÑOR. Fuimos muy unidos en grupos bien organizados, yo creo todos pusieron lo mejor de sí mismo y no se puede decir que algunos andaba boyando” ja!

Cada día Salí con distintas/os misioneros/as y fueron… buenísimos… todos estaban de buena onda. En todas las casas fuimos bien recibidos también de otras religiones pero en la misma situación de todos. Algunas familias que no sabe donde esta parada, decían que eran católicos pero que han dejado de ir, algunos no quiere salir de su mundo y se encierran en una angustia, y no lo pueden negar porque la cara expresa su dolor, y nosotros hacemos todo lo posible para robar aunque sea una sonrisa. ¿Acaso no es posible? ¿No es grande y hermoso devolver lo que es propio de cada persona? ¿Acaso no merecemos todos la felicidad? TODO ES POSIBLE, PARA DIOS.

Me llamó la atención una familia entera que se hicieron Bautizar por que se sintieron amados por Dios.

Qué alegría es ver volver a las ovejas a su redil. Me acuerdo también de Carlos que no quería salir de su pieza cuando llegamos con el padre Jorge y luego salió porque insistimos mucho. Estaba escondido de todo. Luego su mamá y algunos de sus hermanitos se hicieron bautizar y EL no faltó ni un día del encuentro de jóvenes… hasta bailo el chipi, chipi… y en la despedida me agradeció mucho me prometió seguir en el grupo y también en catequesis porque me dijo que él no sabía nada de Dios.

Por las tardes estuve en grupos de catequesis de 8 adolescentes que quieren recibir el Sacramento de la reconciliación y primera Comunión. El tiempo fue poco porque todos compartían su situación de vida cada uno con sus realidades y situaciones distintas. No me quedaba otras cosas que hablar del Dios que se hizo hombre que sale al encuentro de sus hijos con su amor misericordioso, el que es el CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA que al final de todo SE HIZO PAN para quedarse con nosotros y desde ese momento todos se comprometieron de recibirlo en la casa de su corazón y ser así mas buenos.

A la noche todos volvemos a nuestro tan querido paraje cansados pero contentos, y algunas cosas imposibles de olvidar: los chistes, el frio, hasta los ronquidos se volvían al sonar en el oído como dulces melodías!!!! ……???…..

Luego me quede con este pensamiento de María Antonia, “quisiera andar hasta donde Dios no fuese conocido para hacerlo conocer” Me doy cuenta que en esto consiste la felicidad que: !!!EL DIVINO SALVADOR SEA CONOCIDO Y AMADO POR TODOS ¡¡¡.

Los chicos estaban muy contentos y agradecidos, y es EL SEÑOR quien preparo la tierra de sus corazones donde yo iba a poner la semilla de su palabra y su amor por eso digo. “No a nosotros señor no a nosotros sino a tu nombre da la gloria….” Doy gracias a Dios por su llamado por ser testigo de su Reino en el mundo. EL SIGUE HACIENDO MARAVILLAS. También quiero agradecer a todas las personas que fortalecieron nuestra misión con sus oraciones. Sé que muchos rezaron por nosotros.

Por último quiero contarles algo y espero que todos perseveremos en ella:

La misión no termina. Debemos regar con nuestra oración la semilla que plantamos. Todos sabemos que si pedimos al Señor algo que sea conforme a su voluntad él nos escucha y responde a nuestro pedido. San Agustín dice que el señor nos da un mandato y es hacer lo que se puede y pedir lo que no se puede.

Gracias a todos y que EL DIVINO SALVADOR nos vuelva a reunir alguna vez a todos para su mayor honra y gloria.

Hermana Carmen Galeano HDS.